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¿Cuál es la raíz del conflicto israelí-palestino?

El conflicto israelí-palestino es una disputa prolongada y compleja entre israelíes y palestinos sobre territorio, identidad nacional y derechos políticos.

Esta situación surgió a principios del siglo XX con la inmigración judía a Palestina, entonces parte del Imperio Otomano y posteriormente una autoridad británica.

 

Tras la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, la ONU propuso en 1947 un plan de partición para crear estados judíos y árabes, que fue rechazado por los países árabes. En 1948, Israel declaró su independencia, lo que provocó la primera guerra árabe-israelí. Desde entonces, ha habido múltiples guerras, intifadas (levantamientos palestinos) y esfuerzos de paz, pero las disputas sobre las fronteras, la seguridad, los asentamientos israelíes en Cisjordania, el estatus de Jerusalén y los derechos de los refugiados palestinos continúan sin resolverse


Sí, el conflicto israelí-palestino presenta un gran desafío para el mundo religioso por varias razones, para Judios, Cristianos y Mulsulmanes, la tierra en disputa tiene un profundo significado religioso. Jerusalem es particularmente sagrada para estas tres religiones, por su importancia en la Fe y lugares considerados santos como el Muro de los lamentos, la iglesia del santo sepulcro y la Mezquita de Al-Aqsa.


Se agrega al conflicto las interpretaciones teológicas que influyen en las perspectivas de la problemática ya que algunos sectores religiosos ven la posición de la tierra (santa), como una promesa divina, mientras que otros sectores abogan por la inclusión, la coexistencia la paz y la justicia. Las narrativas históricas y de los textos sagrados pueden llegar a ser exclusivistas y afectar a una integración y reconciliación. Por eso es que los líderes religiosos pueden desempeñar un papel crucial en fomentar la paz y terminar con retóricas incendiarias, para lograr alinear a las comunidades religiosas, la opinión pública, y a los gobiernos del mundo, para lograr una convivencia como los textos sagrados lo indican.


El verdadero desafio es encontrar un equilibrio que respete todas las creencias de Fe, ademas de las políticas para un acuerdo justo y pacifico de respeto mutuo, porque se puede lograr, es posible, incluso de respeto a los derechos humanos este conflicto Israelí-Palestino se puede terminar sin violencia, pero debe existir la voluntad de negociar y buscar la paz en beneficio de las posibles víctimas inocentes.


En estos momentos de desafío y sufrimiento, mantener la fe y la esperanza en la paz es crucial. La oración y la acción conjunta pueden contribuir a un futuro mejor para todos.


Obispo Guillermo Ahumada

Presidente

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