top of page

La Verdad y la Mentira en el Contexto Electoral: Una Reflexión Humana

Por Bishop: Guillermo A. Ahumada


En la actualidad, vivimos en una realidad donde la verdad y la mentira parecen entrelazarse de tal manera que es difícil distinguir una de la otra. Este fenómeno no es nuevo, pero se ha intensificado en un mundo cada vez más polarizado y dividido. Las elecciones en Venezuela, como en muchos otros países, han generado aún más divisiones, afectando a la población trabajadora que no vive de la política, pero que sufre las consecuencias de sus resultados y sus procesos.

Independientemente de quién esté en el poder, los ciudadanos comunes saben que tendrán que seguir trabajando arduamente para mantener a sus familias. Sin embargo, en Venezuela, esta situación se agrava por las constantes denuncias de irregularidades en los procesos de conteo de votos, un problema que no es exclusivo de este país, sino que se repite en varios lugares del mundo.


Es doloroso recordar a aquellos que perdieron la vida defendiendo una supuesta democracia. ¿Fue en vano su sacrificio? A menudo, parece que su lucha no es valorada más allá del círculo de sus seres queridos. Las heridas que dejan estos conflictos no solo son físicas, sino también emocionales y sociales, especialmente para aquellos que, impulsados por llamados irresponsables a salir a las calles, terminan lastimados sin obtener ningún beneficio real de su sacrificio.

Esta realidad, en la que la verdad y la mentira electoral se confunden, no hace más que alimentar la división y el odio entre las personas. Es crucial, por tanto, ser conscientes de la manipulación a la que estamos expuestos y abogar por sistemas confiables que aseguren el derecho de cada ciudadano a elegir a sus gobernantes en un ambiente de verdadera democracia.


Solo con la implementación de mecanismos transparentes y el aseguramiento de cómputos electorales reales podremos evitar caer en la trampa de la verdad y la mentira. Al final, lo que está en juego no es solo un proceso electoral, sino la cohesión social y la paz de nuestros pueblos. Es nuestro deber, como ciudadanos responsables, exigir y promover un entorno donde las decisiones políticas reflejen verdaderamente la voluntad del pueblo, y no los intereses de unos pocos.








Guillermo A. Ahumada

3 visualizaciones

Comments


bottom of page